
Como solemos decir, la realidad es obstinada y, con el tiempo, tiende a darnos la razón. Este hecho ratifica lo que veníamos defendiendo desde el movimiento vecinal: la obra se podía hacer por tramos y en distintos plazos, en tanto que las necesidades de la obra son distintas según los tramos del trazado.
Así, no por casualidad, los tramos que se reabrirán ahora son los de los extremos de la línea, que necesitaban un simple lavado de cara que se ha empleado fundamentalmente para cambiar la catenaria. No habría estado de más que la presidenta hubiese aprovechado para dar más datos con pelos y señales sobre el ritmo de la obra que seguirá en curso y si cumplirá o no con los plazos previstos.
¿Supone esta apertura anticipada la solución al actual cierre? Algo más en el tramo norte porque conecta toda esa zona con tres transbordos, uno de ellos con cercanías, lo que dará más posibilidades de escape a sus vecinxs para llegar por otros itinerarios al centro u otro extremo de la ciudad. No tanto en el tramo sur, ya que lxs usuarixs de las estaciones que se reabren podrán acercarse a Sierra de Guadalupe para conectar con un Cercanías ya sobresaturado y que viene siendo un dolor de muelas para quienes lo usamos.
Por supuesto, ni un ápice de reflexión o autocrítica por parte de la presidenta, lo que demuestra que de haber aprendido algo con la insensatez en la forma de acometer esta obra, no parece haber sido el que tiene que cuidar más a lxs vecinxs y contar más con ellxs en asuntos que tanto les afectan.