En un primer momento, lo más preocupante era que dichas viviendas se entregaron sin agua del Canal de Isabel II. El agua sanitaria les era dispensada desde un aljibe instalado en la calle que se rellenaba dos veces al día. L@s vecin@s tenían que comprar agua mineral para el consumo. Esta situación se prolongó hasta el pasado mes de marzo, cuando por fin se consiguió el agua del Canal.

Esta vergonzosa situación se queda pequeña con lo que les está sucediendo ahora. Un buen día del pasado mes de enero se produjo un atasco en las bajantes de uno de los portales del edificio, con la consecuente inundación del cuarto de baño de uno de los bajos y los garages y trasteros del edificio. Quizá la palabra inundación no sea la más adecuada, ya que debéis pensar que donde se producen los atascos es en las bajantes, es decir, la "inundación" es de aguas residuales y heces fecales. Para mayor desastre, todo esto ocurre por la noche. L@s vecin@s tienen que llamar a un pocero, que acude con una máquina desatascadora y les informa que las tuberías están llenas de cemento y que deberían limpiar las de todo el edificio. Como podéis imaginar, los vecin@s no son los que se han dedicado a verter cemento en sus tuberías....

L@s propietari@s se lo comunican al Grupo Lar. L@s responsables les miran atónitos y les aseguran que ha sido algo puntual, que no va a volver a suceder y que si sucede, se subsanará en ese momento y no antes.